Los libros desechables

No entiendo a esa gente que dice que la libertad de mercado significa que todos pueden hacer lo que les venga en gana, y si el público se los acepta, allá su problema. Hay cosas con las que no se puede transar y no pueden ser admitidas por el derecho ni por una sociedad que se jacta de ser democrática. El interés colectivo, siempre estará por encima del interés individual. Yo no puedo decir, porque tengo dinero puedo derrochar el agua, eso es inmoral, especialmente en un país donde todavía millones de personas no tienen acceso al agua a través de redes públicas, y en un planeta donde este elemento es escaso y vital. A esas personas que derrochan un elemento que es vital deberían multarlas. Los libros o textos escolares siempre fueron de consulta y las tareas se hacían en cuaderno aparte. De esta manera el libro quedaba intacto para que los hermanos menores, sobrinos, vecinos, etc., pudieran usarlos nuevamente. Esa es una de las reglas de oro del medio ambiente, la “R” de reutilizar. Especialmente si consideramos que el papel se hace de los árboles y para ello hay que talarlos, es decir matarlos. Ahora eso ha cambiado, las editoriales, confabuladas con algunos profesores y centros educativos han modificado los libros para que los ejercicios y tareas se hagan y escriban en el mismo libro, de manera que quede inutilizado. Y si por casualidad los alumnos escribieran con lápiz, como para darles chance a sus hermanos menores lo usen al siguiente año, los profesores se encargan de corregirlo con lapicero y plumón. Así se aseguran una comisión para el próximo año. En cualquier país desarrollado y con políticas de responsabilidad social no se encontrará lo que sucede en nuestro país: “libros desechables” que se usan una vez y luego se tiran a la basura. Esto sucede en el Perú desde hace años, a vista y paciencia de las autoridades. Cuando hemos emplazado a algunas autoridades a que hagan algo, su respuesta ha sido que en un libre mercado, las empresas tienen derecho hacer eso y más. El problema es que los padres de familia no estamos en condiciones de rehusarnos. Si no les compramos esos libros, simplemente nuestros hijos no podrán estudiar, según las condiciones del colegio. Y algunos dicen, si no estás de acuerdo lleva a tu niño a otro colegio.

Pero si casi todos los colegios realizan las mismas prácticas, incentivados, claro, por las comisiones que reciben de las editoriales. Cuáles son los resultados de esta estrategia de negocios, que involucra a profesores, colegios y editoriales, donde todos ellos ganan su parte, los padres se ven obligados a invertir entre 70 y 100 soles por cada texto, que multiplicado por 5 títulos ya son 500 soles. Esos libros luego se tiran a la basura. Por ello apelamos a un sentido de responsabilidad social de parte del Estado y de las empresas, no estamos para derrochar el dinero, sino más bien para optimizar nuestros escasos recursos.
thepublisher

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente