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Enfría el hielo
1. Pon seis cubitos de hielo en un cuenco y mide su temperatura (debe ser de unos 0º C).
2. Echa una cucharadita de sal sobre los cubitos de hielo.
3. Toma otra vez la temperatura y verás... ¡que ha descendido!. El hielo necesita absorber calor para fundirse, pero la sal no se lo proporciona. Por tanto, el hielo tiene que absorber su propio calor y esto hace que su temperatura baje aún más.
Observa las gotitas de agua
Con un mechero de alcohol, calienta el agua hasta que hierva.
Ilumina el vapor con una linterna y podrás ver pequeñas gotitas de agua.